The Hours

-Richard soy yo.

-Es temprano.

-¿Qué demonios estás haciendo con eso?

-Richard!!

-¿Qué estás haciendo aquí?

-Llegas temprano.

-¿Qué está pasando? ¿Qué estás haciendo?

-Tuve una maravillosa idea... necesitaba algo de luz. Necesitaba dejar entrar algo de luz. Llegué a una fantástica conclusión. Combiné mi locura y mi magia para resolver el acertijo...hasta encontrar las coincidencias.

-Richard...

-No te acerques a mi!!! Me parece a mí que tiene que entrar más luz. ¿Qué te parece? Estoy despejando todas las ventanas.

-De acuerdo Richard, entonces hazme un simple favor... Ven y siéntate.

-No creo que pueda ir a la fiesta.

-No es necesario que vayas a la fiesta... no necesitas ir a la ceremonia... ni que hagas nada que no quieras hacer. Puedes hacer lo que quieras.

- Pero todavía tengo que pasar las horas de esta noche... me refiero a las horas después de la fiesta... y a las horas siguientes a eso.

-Tú puedes tener un buen día igual... sabes que es posible.

-No me digas. Eres amable en decir eso pero...

-no es verdad.

-¿Están ellas aquí?

¿Quienes?

-Las voces.

-Oh, si, las voces siempre están aquí.

.Y las estás escuchando ahora, ¿no es así?

-No, no, no, no...

-Señora Dalloway eres tú. Todavía sigo vivo por ti...pero ahora es necesario que me dejes ir.

-Richard...yo...

-No, espera, espera. Cuéntame la historia.

-¿De qué hablas?

-Cuéntame la historia de este día.

-Yo... yo me desperté...

-¿Si?

-Y... luego salí y... fuí a comprar flores...

-como la señora Dalloway, la del libro, ¿entiendes?

-Si.

-Era una hermosa mañana...

-¿Era así?

-Si, era muy hermosa... era tan fresca. Oh, fresca, ¿no?

-Si.

-Como... ¿cómo esa mañana en la playa?

-Oh, si.

-¿Cómo ésta?

-Si.

-Como aquellas mañanas...cuando tú caminabas por la casa y...tú tenías dieciocho...tal vez yo tenía diecinueve.

-Si.

-Yo tenía diecinueve años de edad...y jamás había visto algo tan hermoso. Tú, saliendo de la casa en la mañana, cuando todos todavía dormían. ¿No es extraño? Como cualquier mañana en la vida de todos. Me temo que no puedo ir a la fiesta Clarissa.

-La fiesta...eso no importa.

-Has sido muy buena conmigo, señora Dalloway. Te quiero. No creo que 2 personas hayan sido más felices de lo que nosotros fuimos…